Oscura noche de reflexión, desorientación, algo de depresión y muy pocas ganas de seguir en pie de lucha, tocas ese temido fondo, aquel catártico momento, mezcla de pánico, agotamiento, zozobra y desfallecimiento donde te ahogan y quitan el aliento aquellas consecuencias de errores pasados, esas personas que lastimaste, tanto dolor causado, aquel karma que debes purgar en este momento.
Como un disparo en la negra espesura de la noche realizas que fracasaste, que te convertiste en aquel temido LOSER del que huiste desaforadamente toda tu existencia, eres un mediocre que con el potencial que tienes y el futuro que prometías no hace mucho, te resignas a luchar por sobrevivir día tras día en un sistema que se afana por devorarte producto de aquel fracaso de experimento consumista, digno idiota útil en estos tiempos tan convulsos de pandemia.
Navegando a tientas en aquel mar de ébano vislumbras aquellos sutiles y frugales destellos de luz que vienen raudos a ti en los mejores transportes posibles: palabras de propios y no propios, poesía que emana de la dulce boca de aquella persona amada, versos de ese amor ajeno a frivolidades tales como el sexo y habladurías inescrupulosas, afables palabras cuyo origen proviene de un corazón cómplice que no te juzga y entiende, conexión causada solo por almas destinadas a encontrarse, En formación casi militar, raudas semejantes a regatas vienen los párrafos de esos maestros de tinta, aquellos mágicos seres que místicamente remontan años, kilómetros, culturas, lenguas y generaciones para recitarte sublimemente aquel canto de despertar.
Como un faro guiando a puerto aquellas valiosas guías te conducen a esa conclusión final, decides morir, abandonar aquel títere de todos y nadie, decides iniciar el proceso de cortar todos aquellos apegos que sin quererlo te tienen náufrago. Sientes miedo, luchas por tu vida, el proceso será muy doloroso, enfócate en ello utiliza ese dolor como la motivación de la que careces recuerda en este viaje “debes morir y nacer varias veces”.
Finalmente aceptas cuan efímero eres, aceptas esa finalidad y mueres. Una cálida luz te inunda, invade cada centímetro de ti. Será que por breve tiempo recordamos aquel momento ubicado en lo más recóndito de nosotros, el origen de este viaje, Nacemos.
Por ello me presento, ¿cómo me llamo? Aún no lo sé, por motivos meramente pragmáticos robaré de manera temporal la identidad de mi antecesor, responderé a como le gustaba ser llamado, trataré de conservar muchas de sus virtudes y aprenderé de sus errores, debido a ello retomo aquel bosquejo juvenil de escritor que fue sepultado hace mucho debido a tantas banalidades y cosas sin sentido.
¡Vislumbro un náufrago! Y parece que está vivo.
Tremenda reflexión
Me encanta! Qué jodido talento tienes!