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Batallas en un Frente perdido

Cuántas guerras se han librado en nuestra escasa y exigua historia humana?, ¿cuántos frentes se han creado, enfrentado sin misericordia unos y otros en un afán tan absurdo como acelerado de borrarnos de esta existencia?. Toda esa sangre que inserviblemente ha brotado de nuestras entrañas abonando fértiles campos, misteriosos mares, gélidas montañas, apacibles planicies y nostálgicas playas. En este suicida comportamiento nos hemos ingeniado sin fin de brillantes y brutales estrategias para intentar salir victoriosos, pero fatídicamente nuestro aprendizaje es inservible en la gran guerra, aquella que ya perdimos y como necios seguimos engendrando efímeras estrategias con fin de mantenernos en pie de lucha.


¡Dictador infame, voraz e inmisericorde! Comandante incuestionable y autoritario, como disfruta en revelar nuestra insignificancia con su inmenso poderío, ¿como salir victorioso antes este antagonista que vida tras vida nos arrebata la victoria?.


Llegamos a este mundo en un grito bélico, sabiendo que estamos tras líneas enemigas, rápidamente y sin darnos a elegir somos enlistados en este frente que lleva generación tras generación librándose. Somos instruidos en cómo sobrellevar las innumerables batallas que nos enfrentaremos día a día, como prepararte, qué herramientas disponer, que estrategias llevar, pero lo principal estar siempre preparado para actuales y futuras escaramuzas.


¡Soldado! No te descuides, debes estar siempre atento y alerta, es la instrucción. Esta es una guerra de trincheras, trabaja por la tuya, compite, destroza, roba, invade de ser necesario otras trincheras, apeate de todo lo que encuentres en un voraz hambre de ser aquel héroe, el primero en llegar a la victoria.


Que desafortunadas instrucciones hemos recibido. Este antagonista que no se cansa de dejarnos tirados en la lona sin otra fuerza más que nuestra testarudez para seguir batallando, vemos con desconsuelo como aquellas trincheras que con tanto esfuerzo construimos, cumpliendo cabalmente los estándares de esta férrea disciplina militar que nos exprime hasta la locura, no son ninguna resistencia ante tan poderoso adversario.


¡Ánimo, con la frente en alto! No hay que desanimarse, existe otro frente poco explorado, aquel que solo unos cuantos valientes deciden tener en pie de lucha. Infame guerra de guerrillas, aquel campo de batalla donde las trincheras son más un estorbo y peligro que un seguro, los cruentos enfrentamientos se libran en aquellos focos de resistencia que muy poca importancia tienen en aquel otro extremo. Paradójicamente en este frente donde menos luchamos tenemos aquellas frugales y célebres victorias.


Enlistate en esta guerrilla de locos, identifica y enfócate en aquellas coordenadas donde se libran aquellos enfrentamientos. Entrégate con pasión y vehemencia a la defensa de aquellos importantes puntos de resistencia, aquellos libros, esa canción que te hace vibrar, ese amor que te vuelve loco, la aplazada cena familiar, aquella camaradería al aroma de un buen vino con los amigos.


¡Vive! Hermano mío, no te quedes en esa trinchera, sujeto a cosas que más que una defensa son un estorbo, ten esa valentía de saltar de ese trabajo, aquella relación, todos esos peros, para, por qué?, sal de esa zona y ponte en pie de lucha con la cabeza en alto. Haz ese viaje loco y sin planear, el mundo es tu casa; dile a esa persona que te está llevando a la locura, trabaja en aquello que te mueve cada fibra, lucha por aquello que amas, vuela bajo compañero y juntos defendamos estos pequeños y aparentemente insignificantes puntos de choque que nos harán entender que aunque esta guerra esté perdida y cualquier esfuerzo parezca en vano, haremos de este Frente uno tan valiente que aquel adversario no tenga más remedio que grabarnos en los anaqueles de su historia como aquel gran valiente vencido. De esta manera degustaremos una utópica victoria exhalando con nuestro último aliento cuál kamikaze “Bienvenido tiempo, te gane unas cuantas”.


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